Presentación: onza
Germinar semillas de alfalfa para luego trasplantarlas al campo es un excelente método para obtener un cultivo abundante. Aquí te explico cómo hacerlo:
Germinación en semillero:
Preparación del semillero: Utiliza bandejas de celdas o macetas pequeñas llenas de un sustrato ligero y bien drenado.
Siembra: Coloca 2-3 semillas por celda o maceta, cubriéndolas con una fina capa de sustrato.
Riego: Mantén el sustrato húmedo pero no encharcado. Puedes utilizar un pulverizador para evitar dañar las semillas.
Ubicación: Coloca el semillero en un lugar cálido y luminoso, pero protegido de la luz solar directa.
Transplante: Una vez que las plántulas tengan unas pocas hojas verdaderas (generalmente después de 2-3 semanas), estarán listas para ser trasplantadas al campo.
Preparación del terreno:
Elige un lugar soleado: La alfalfa necesita al menos 6 horas de sol directo al día.
Suelo: Prepara el suelo removiéndolo y enriqueciéndolo con compost o estiércol bien descompuesto.
Riega abundantemente: El suelo debe estar húmedo antes de realizar el trasplante.
Trasplante:
Haz agujeros: Realiza agujeros en el suelo con la misma profundidad y separación que las macetas o celdas del semillero.
Transplanta con cuidado: Extrae las plántulas del semillero, tratando de no dañar las raíces, y colócalas en los agujeros.
Riega: Riega bien después del trasplante.
Cuidados posteriores:
Riego regular: Mantén el suelo húmedo, especialmente durante los primeros días después del trasplante.
Deshierbado: Elimina las malas hierbas con regularidad para evitar que compitan con las plantas de alfalfa.
Fertilización: Aplica un fertilizante equilibrado cada 4-6 semanas, siguiendo las instrucciones del fabricante.
Consejos adicionales:
Variedad: Elige una variedad de alfalfa adaptada a tu clima y suelo.
Siembra directa: Si tienes una gran cantidad de semillas, puedes sembrarlas directamente en el suelo, pero la germinación será más lenta y menos uniforme.
Plagas y enfermedades: Vigila tu cultivo para detectar posibles plagas o enfermedades y trata de manera oportuna.
Con estos consejos, podrás disfrutar de un cultivo de alfalfa sano y productivo en tu huerto.